9 He aquí que el día del SEÑOR viene, cruel y de enojo y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores.

10 Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no derramarán su lumbre; el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no echará su resplandor.

11 Y visitaré la maldad sobre el mundo, y sobre los impíos su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.

12 Haré más precioso que el oro fino al varón; y al hombre más que el oro de Ofir.

13 Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación del SEÑOR de los ejércitos, y en el día de la ira de su furor.