Lucas 9

38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo; que es el único que tengo;

39 y he aquí un espíritu lo toma, y de repente da voces; y le despedaza y hace echar espuma, y apenas se aparta de él quebrantándole.

40 Y rogué a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.

41 Y respondiendo Jesús, dice: ¡Oh generación infiel y perversa! ¿Hasta cuándo tengo que estar con vosotros, y os sufriré? Trae tu hijo acá.

42 Y mientras se acercaba, el demonio le derribó y despedazó; pero Jesús increpó al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo volvió a su padre.

43 Y todos estaban fuera de sí de la grandeza de Dios. Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: